martes, 4 de febrero de 2014

Automedicación

La auto medicación es la medicación sin consejo médico. Crea diversos problemas si no se tienen suficientes conocimientos.

Algunas de estas complicaciones son las siguientes: Disminuir la efectividad de los antibióticos en la persona que los toma y generación de cepas de bacterias resistentes al antibiótico, que pueden infectar a otras personas. Arihgfrs Intoxicación. Interacciones

Un caso con poco riesgo de automedicación son la de los medicamentos contra el resfriado. Normalmente los médicos los recomiendan cuando el paciente va a consulta y, a veces, el médico recomienda su uso sin necesidad de volver a visitarle. Una alternativa a la consulta médica es consultar con el farmacéutico, que posee un importante conocimiento de los medicamentos que dispensa adquiridos mediante una carrera universitaria y mediante su constante formación postuniversitaria.

El farmacéutico, en caso de que vea necesario un diagnóstico, debe remitirle al médico. Aunque el uso incorrecto de medicamentos es asociado con el que los toma, en algunos casos, el tratamiento no adecuado es prescrito por el propio médico. Es el caso de recetar sistemáticamente antibióticos para el catarro o la gripe. Los antibióticos no tienen ningún efecto en estas enfermedades, ya que sólo son útiles en los casos que se combinan con otra infección.

Las Contraindicaciones

Una contraindicación es una situación específica en la cual no se debe utilizar un fármaco, un procedimiento o una cirugía, ya que puede ser dañino para el paciente.

Existen dos tipos de contraindicaciones:
  • La contraindicación relativa significa que se debe tener cautela cuando se utilizan dos fármacos o procedimientos juntos. (Es aceptable hacerlo si los beneficios superan a los riesgos.)
  • La contraindicación absoluta significa que el evento o sustancia podría ocasionar una situación potencialmente mortal. Un procedimiento o un medicamento que esté incluido dentro de esta categoría se debe evitar.
Algunos tratamientos pueden causar reacciones peligrosas o indeseables en personas con alergias, presión arterial alta o embarazo. Por ejemplo, la isotretinoína, un fármaco empleado para tratar el acné, está absolutamente contraindicado en el embarazo, debido al riesgo de anomalías congénitas. Ciertos descongestionantes están contraindicados en personas con hipertensión arterial y, por lo tanto, se deben evitar.
Muchos medicamentos no deben utilizarse juntos por parte de la misma persona. Por ejemplo, una persona que toma warfarina para diluir la sangre no debe tomar ácido acetilsalicílico (aspirin). Éste es un ejemplo de una contraindicación relativa.

domingo, 2 de febrero de 2014

Los Fármacos del Futuro

Uso de los Farmacos en personas mayores

El uso de fármacos en las personas mayores ha de tener en cuenta las características diferenciales que tiene estos individuos, tanto anatómicas, como metabólicas, funcionales e incluso sociales y de entorno.
Como siempre, en medicina, se ha de tener cuenta que el beneficio de una actuación (en este caso la administración de un medicamento) ha de ser superior al posible perjuicio que se pueda presentar. En palabras de los antiguos romanos “ante todo, no hacer daño”.

Los individuos en edad geriátrica tienen menos capacidad de adaptación ante los cambios y menos reserva fisiológica, factores que conllevan un aumento de su fragilidad. Ante esto el médico deberá ser más prudente, si cabe, al prescribir cualquier medicación y especialmente se deberían tener en cuenta los siguientes puntos:
  • Iniciar la prescripción farmacéutica a dosis bajas y, tras monitorizar los efectos deseados e indeseados, valorar el aumento de las dosis de forma paulatina.
  • Recomendar fármacos con efecto terapéutico reconocido y evitar su administración por petición del paciente.
  • Evitar moléculas consideradas inapropiadas para su uso en la tercera edad.
  • Revisar los regímenes terapéuticos de forma regular, para retirar fármacos que ya no sean útiles o que ya hayan cumplido su función.
  • Monitorizar tanto como sea necesario los efectos de los fármacos, así como las posibles reacciones adversas.

Medicamentos Genéricos y Comerciales

Medicamento genérico

La Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que es considerado como medicamento genérico aquel que se vende bajo la denominación del principio activo que contiene, el cual es bioequivalente a la marca original, quiere decir, que es igual en composición y forma farmacéutica y con la misma biodisponibilidad que la misma.
Para que sepas cuándo se trata de un medicamento genérico, solo necesitas leer en su envase y notarás que en vez de decir un nombre comercial, se encuentra el nombre de la sustancia de la que está hecho el medicamento.

Medicamento comercial

Con respecto a éste, no es más que aquél medicamento que contiene un principio activo nuevo con el que se ha desarrollado alguna investigación y un desarrollo completos, y que ha recibido por parte de una autoridad sanitaria competente el permiso para la comercialización.
Con lo anterior, entonces podemos decir que el medicamento genérico es terapéuticamente similar al medicamento comercial, solo que es vendido bajo su nombre químico, o mejor dicho su nombre genérico.

Efectividad

Para la gran mayoría de personas ambos medicamentos muestran efectividad en su misión; sin embargo, algunas otras podrán ser sensibles a alguno de los componentes de los medicamentos genéricos, por lo tanto puede que disminuya su eficacia o de hecho surjan efectos secundarios.
Claro está, que puede ser al contrario, es decir, que el medicamento comercial contenga algún componente que reduzca su acción en ese tipo de pacientes.